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Fotografía completa de toda la plantilla del F.C.Barcelona al lado de la copa

El equipo del F.C.B. femenino gana la Champions League Femenina

 Alexia, celebra el cuarto gol del equipo blaugrana .

 Alexia, celebra el cuarto gol del equipo blaugrana . /JUANJO MARTÍN (EFE)

La contundente victoria del F.C. Barcelona en la final de la Champions femenina en Goteburg, con una auténtica exhibición (4-0) ante el Chelsea, ha significado un hito histórico no solo desde el punto de vista estrictamente deportivo, puesto que el Barça es el primer club europeo en contar con Champions masculina y femenina, sino también desde una perspectiva de reivindicación social y en la lucha por la equiparación y los derechos de la mujer. «Hemos tirado la puerta abajo», declararon las ganadoras, una manera gráfica de expresar la irrupción de unas jugadoras que llevan, a sus espaldas, el peso de una tradición que se remonta a primeros del siglo XX, hace casi 100 años, con la creación en 1928 del Club Femení i d’Esports o con figuras como la periodista, atleta y poeta Anna Maria Martínez Sagi, la primera mujer que, en 1934, fue miembro de la Junta Directiva del Barça, con el propósito, entonces fallido, de fundar una sección de fútbol femenino.

Un lema de esas pioneras era «Feminidad, deporte y cultura», pero la combinación de la práctica deportiva y la visión progresista del papel de la mujer en la sociedad se truncó con el final de la guerra y con el franquismo, especialmente en un terreno abonado para el ejercicio del machismo más rancio como era el fútbol. Hasta los años 70 no empezaron a forjarse las primeras iniciativas más o menos serias, siempre observadas como un fenómeno más o menos folklórico, en el mejor de los casos con conmiseración y con un evidente sesgo paternalista. El día de Navidad de 1970, a raíz de un anuncio en la prensa a cargo de Imma Cabecerán, el Barça femenino debutó en el Camp Nou en un partido benéfico contra el Centelles. «Fuimos unas pequeñas gampers», declaró años después Gloria Comas, una de las jugadoras.

Lento pero constante

Desde entonces hasta el título y la consideración europeas (el Barça figura como uno de los tres mejores equipos del continente según la IFFHS), han pasado décadas en las que la evolución ha sido lenta, pero constante. No fue hasta 2002 que el fútbol femenino fue sección amateur del club, y la profesionalización no llegó hasta 2015, a iniciativa de la junta de Bartomeu, con responsables que creyeron en la viabilidad del proyecto, como el entrenador Xavi Llorens, el director deportivo Markel Zubizarreta o la directiva Maria Teixidor. Después de la final perdida en 2019 ante el todopoderoso Olympique Lyonnais y ya bajo la batuta de Lluís Cortés, el equipo ha dado un inmenso paso adelante, no solo en el aspecto estrictamente futbolístico, sino también como abanderado de una justa reivindicación que se concreta en las declaraciones de una de las más destacadas jugadoras, Vicky Losada: «Somos el espejo de muchas niñas y esto es un orgullo y una responsabilidad».

 

Fuente: elperiodico.com